¿Qué es el cultivo de regadío? Cómo elegir el tipo de cultivo
¿Qué se cultiva en España?
En España se cultiva sobre todo el cereal. Podemos encontrar
diferentes tipos de cereales, destacando el trigo, la cebada y el maíz. Debido
al clima óptimo que requiere el cereal, este cultivo está más extendido en
comunidades como Castilla La Mancha, Castilla y León y Aragón.
El olivo también tiene una muy importante presencia en
España, donde en los últimos años, las extensiones dedicadas a este árbol tan
característico de nuestro país han aumentado.
De igual forma la vid es otro cultivo que ha experimentado
un gran aumento en nuestro país, debido a un aumento tanto en el consumo de
vino como en las exportaciones de este producto fuera de España, donde gozamos
de una excelente imagen.
Los distintos tipos de árboles frutales también abundan en
nuestra geografía. Aquellos frutos de origen cítrico, como es el caso de las
naranjas, limones y mandarinas, son más propios de aquellos lugares con climas
más cálidos, como puede ser la costa mediterránea y especialmente en el Levante
español.
Otro tipo de frutales, como manzanos, cerezos, perales
abundan más en el interior.
Verduras y hortalizas son las otras protagonistas en nuestra
variada agricultura.
¿Qué es el cultivo de regadío?
Existen grandes plantaciones agrícolas que demandan muchos
recursos hídricos, es decir, es necesario proveerlas del agua suficiente para
que los cultivos prosperen adecuadamente.
Existen algunos tipos de cultivos que demandan más agua,
como puede ser el caso de los árboles frutales, las hortalizas o el arroz.
Esta agua debe proporcionarse de forma artificial, ya que,
de lo contrario, no sería suficiente para mantener toda la superficie
cultivada.
Es aquí donde entran en juego las distintas técnicas de
regadío cuyo objetivo es optimizar el uso del agua para poder regar
adecuadamente todos los cultivos.
Técnicas de regadío
Las técnicas de regadío han variado a lo largo de su amplia
historia, siendo las que más destacan:
- Aspersión, que crea un efecto similar a la lluvia y con el que se consigue alcanzar una gran superficie. Es uno de los sistemas más modernos y eficientes, aunque su única desventaja es que requiere de una gran inversión para su puesta en marcha y funcionamiento.
- El riego por goteo reparte el agua a lo largo de largas tuberías que cuentan con agujeros estratégicamente colocados para proporcionar el agua a cada planta.
- Por inundación de bancales, que consiste en inundar de agua todo lo largo del cultivo. Este sistema es de lo más conocidos y antiguos, y también más usados, aunque en él se desperdicia agua por lo que da paso a sistemas más modernos y controlados, reservándose para explotaciones más pequeñas.
Elegir el tipo de sistema de riego dependerá de diversos
factores, como pueden ser para empezar el tamaño de la finca a regar, así como
su orografía, es decir, si es plana o tiene diferentes desniveles que sería
necesario salvar para asegurar un riego uniforme por toda la superficie.
Hay que tener en cuenta asimismo las características de la
tierra y la capacidad de esta de retener el agua, lo que determinarás las
necesidades y frecuencia de riego que se necesitan.
Por supuesto, el tipo de cultivo que se vaya a realizar
deberá ser muy tenido en cuenta ya que las necesidades hídricas del mismo serán
determinantes a la hora de elegir un sistema de riego.
Frente al cultivo de regadío, nos encontramos el cultivo de
secano, que es aquel que depende únicamente de la climatología para su desarrollo
y por tanto el riego se produce únicamente a través de la lluvia.
Qué duda cabe de que este tipo de cultivo, además de
resultar más barato, está más integrado con el entorno y las características de
este.
Muchos agricultores se enfrentan a la decisión de qué tipo
de cultivo realizar en sus plantaciones, y cuáles les resultarán más rentables,
pero lo cierto es que esto depende de muchos factores como la ubicación
geográfica, las condiciones climáticas, la facilidad para el acceso y uso de los
recursos hídricos, los tipos de cultivo, la maquinaria agrícola disponible para
las labores del campo…
Por eso es importante, antes de decidir qué tipo de explotación
se quiere, hacer un estudio pormenorizado y valorar los pros y contras de cada
cultivo.